martes, 4 de mayo de 2010

Sábados de preparatoria.

Hoy escuché una canción que me teletransportó a un delicioso sábado preparatoriano en compañía de amigos desinteresados, una torta del changarro de enfrente del CUM, trabajando simplemente porque nos gusta, y para lo que nos gusta sin retribución mayor que saber que para alguien… ese trabajo cambiaría su vida. (¿se puede tener mejor retribución?)

Liderazgo individual… no por manipular a nadie, ni poniéndolo en la balanza de cuántos me siguen o cuánto me pagan, sino visto a los ojos de a cuantos toco con mi trabajo para que vivan mejor.

Juventud idealista, que se puede dar el lujo de olvidarse de los lujos y sacrificar su tiempo de descanso y esparcimiento para dárselo a gente que no tiene un papel ni familiar, ni de amistad, simplemente, es un niño con la esperanza coartada por haber nacido en una zona/familia no tan favorecida.
Ojalá pronto tenga oportunidad de ser igualmente idealista para dedicarme a eso, pero hoy, hay que trabajar desde la trinchera de permitir que tres monstruos cuenten con lo necesario para jugar en la línea que tanto extraño, el mayor afortunadamente, le está gustando esta labor.

Seguidores