martes, 17 de marzo de 2009

Cambio de vida

¿Cuántos quisieran una oportunidad para tener una mejor vida?, pero alguien que tiene todas las posibilidades por delante, ¿quisiera tomar un cambio drástico en su vida?

Juventud, educación, recursos, amigos, alegría…

Unas pocas copas de más, un reten de alcoholímetro, un segundo de bravura mal entendida. Y todo esto lleva a un accidente automovilístico que deja por saldo un muerto.

Y así un joven estudiante de derecho en una buena universidad privada, toma un cambio de vida, seguramente que no fue intencional ese cambio, ni la muerte de nadie, vamos, ni siquiera dañar el auto que le habían dado, pero… todo eso, voluntario o no, sí paso.

Tengo 3 hijos pequeños, todavía no toman un volante, les faltan algunos años para llegar a la universidad, para lo que he estado haciendo números, preparándome e invirtiendo para que tengan al menos las mismas oportunidades que he tenido en la vida. Seguramente que el padre del muchacho del que hablo hizo lo mismo, preparó con años de trabajo y probablemente también de sacrificio lo necesario para que la vida de oportunidades le esperara a este muchacho.

¿Qué salió mal?, ¿Qué pudo haberse hecho diferente?, hoy es muy tarde para ellos, pero es un ejemplo que espero mueva a varios a tomar con prudencia la vida… o mejor dicho a no tomar y ser prudentes en la vida.

No se trata de ser abstemio, se trata simplemente de ser prudente.

Hijos míos, de preferencia, aprendan a divertirse sin depender del alcohol, pero…
Si beben, entonces que sea poco, pero…
Si se pasan en la bebida, entonces no manejen, llámame y voy por ustedes a la hora que sea, pero…
Si aún así manejan y los detienen, es más barato pasar un día en el separo que años en el reclusorio, ¡deténganse!
Después de eso, la suerte está echada, manejar alcoholizado dándose a la fuga y con un hombre en el capo… es una ecuación que tiene pocos grados de libertad.

Para mí, el triste cambio de vida de este joven, es una llamada como padre para estar ahí, para vigilar, espero que también sea un cambio de vida para muchos jóvenes, para que realicen lo que un momento de imprudencia puede costar… aunque no hubiera sido intencional, pero es que después de beber, la intensión posterior no cuenta, el último momento en que tenías tu vida en control, fue antes de tomarte esa copa.

3 comentarios:

  1. Un chico que tenía el mundo en sus manos, pero al que lamentablemente nunca le pusieron límites ni le enseñaron a ponérselos él mismo, un chavo al que nunca le explicaron que cada decisión acarrea consecuencias y que hay un momento en el que ni tu papi ni todo su dinero bastan para arreglar una metida de pata

    Triste el caso, pero más triste saber que allá afuera hay muchos más chavos que se han salvado por suerte de terminar igual... pero el día que las suerte se les acabe tendremos más tragedias.

    Saludos

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  2. Efectivamente, es espeluznante ver que muchos jóvenes no están conscientes del valor de su vida, y de las vidas de los demás. No ha faltado quien sí ha sobrevivido como conductor alcoholizado, pero ha provocado la muerte de alguien más, y que entonces para desgracia del mismo ha tenido que cargar con ese crímen, porque eso es, un crímen en su conciencia, aparate de todo el daño recibido en su persona.
    Ojalá y haya muchos lectores que reflexionen con este excelente comentario.

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  3. Hace algunos años vi un documental, no recuerdo si en el NatGeo o el Animal Planet, donde se mencionaba que los mamíferos jovenes se distinguen, entre los demás animales, por generarse situaciones peligrosas y fatales.

    Solo hay que ver como las focas jovenes se meten al agua sabiendo que hay un tiburón blanco acechando, o como los pequeños simios se aventuran a curiosear con algún leopardo o león.

    Creo que es innato el sentimiento de Superman, ser invencibles y que todo lo podemos aguantar.

    En nuestro Foro de Amigos algo se menciona sobre que papel deben tomar los padres antes de que sucedan estas cosas. Viéndolo con suma frialdad, es poco lo que podemos hacer. Ni siquiera nosotros mismos, en la cúspide supuesta de la madurez emocional y física, nos detenemos a pensar sobre las consecuencias de nuestros actos.

    Creo, ahora que lo analizo, que lo más sano es educarlos y aconsejarlos, y pedirle a Dios que les haga prudentes y buenos ciudadanos.

    Un saludo.

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