viernes, 19 de junio de 2009

Inicia el año sacerdotal


Hoy me voy a salir un poco del tema político que nos tiene tan saturados a algunos, para celebrar con mi Iglesia el inicio del año sacerdotal.

Éste se da en medio de una gran cantidad de escándalos recientes por sacerdotes que han perdido su brújula, y han traicionado sus votos.

Con esto, más que hacer una consigna de linchamiento a todos los sacerdotes, lo cual creo injusta de corazón, pues es reclamar a una inmensa comunidad de bien, por muy pocos que han faltado, quisiera hacer una reflexión para todos aquellos a los que nos importa que el testimonio de Cristo sea representado adecuadamente en la tierra.

Y por ello, los invito a rezar por nuestros sacerdotes, de la misma forma que nosotros, son humanos, y pueden fallar, y por lo tanto, requieren ayuda de la gracia para no caer, y la mejor ayuda que podemos ofrecerles, está en nuestras peticiones diarias por ellos.

Un dato curioso de esta celebración, es que se da enmarcado por la vida de un hombre que estuvo a dos de no ser sacerdote… San Juan María Vianney, también conocido como el “Santo cura de Ars”, el obispo casi le hizo el favor de ordenarlo sacerdote porque no se le veían muchos dotes intelectuales, pero siempre se le notó una fuerte devoción y voluntad…

Cuando fue ordenado, el obispo “responsablemente” buscó asignarle una parroquia del mínimo tamaño dentro de Francia, con el fin de minimizar el riesgo, la gran sorpresa sucedió, cuando a pesar de su no muy profunda intelectualidad, mediante su testimonio y paciencia, logró transformar por completo la comunidad de Ars, y ése es el verdadero espíritu del sacerdocio, no hacer maravillosas diatribas intelectuales (si las puede hacer, que bueno, bienvenidas), sino principalmente impregnar al mundo del testimonio de Cristo.
Bienvenido un año de oración por nuestros sacerdotes.

2 comentarios:

  1. Mi educación religiosa actual fue imbuida por la religiosidad de los Misioneros del Espíritu Santo, cuando inicié mi primera visita a su capilla de San José del Altillo, sobre Av. Universidad.

    A lo largo de cinco maravillosos años me fueron instruyendo sobre la gracia maravillosa del sacerdocio de los bautizados, pero sobre todo del sacerdocio consagrado.

    Desde entonces siempre estoy dispuesto a apoyar, abogar o rezar por las necesidades de los sacerdotes.

    Me es grato ver que este mes inicia el año sacerdotal y me uno en oración para apoyar a todos los sacerdotes.

    Sobre el tema que se plantea, sobre los ejemplos actuales de pederastia y no llevar los votos de castidad de algunos sacerdotes, hay que recordar que ante esos escasos, pero lamentables hechos, hay muchos, muchísimos, sacerdotes que carecen de los más elementales recursos de sobrevivencia.

    Hay muchos sacerdotes enfermos, viejos, minusválidos, que aún desean aportar la gracia de su sacedocio a la comunidad de los fieles.

    Mucho debemos rezar por los sacerdotes que han caído en el pecado o en la violación de sus votos, pero también no debemos olvidar a ese gran número de sacerdotes anónimos que se ven excluidos de la práctica sacerdotal por la enfermedad, el abandono, la desesperanza, el rechazo.

    Que este año sacerdotal sea para lograr hacer llegar a Dios nuestro lamento, y hacer accions concretas en esta tierra para velar por la integridad de nuestros sacerdotes.

    Un salud a todos.

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  2. Hola caballero. En relación a la inclusión del tema me parece no solo pertinente sino genial. Al respecto te envié un correo con una hermosa oración escrita por el RP. Michel Quoist en su fabuloso libro intitulado "Oraciones para Rezar por la Calle".
    Saludos

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